Nueve años realizando fotos de recién nacidos me han convertido en confidente de muchas mamás primerizas. Agobios, preocupación, falta de sueño son temas que he podido hablar con una gran empatía con mis mamis. Pensad que una sesión de fotos de bebé se nos puede alargar perfectamente unas cuatro horas, y en ese tiempo no siempre estás realizando fotografías; hay tiempo para las tomas, dormir al bebé, cambiar el pañal… ¡y hablar! ¡Con lo que a mí me gusta hablar! La mami primeriza, el bebé, yo… y el mundo fuera. Sí, en muchas ocasiones está también el papá, no me olvido de ellos, pero a veces están con los papeleos necesarios de los primeros días y aprovechan la primera parte de la sesión de fotos de bebé para realizarlos. O si están durante toda la sesión me confiesan al unísono las mismas preocupaciones.
Desde la experiencia como mamá de dos niñas y sobre todo, como fotógrafa de muchos muchos recién nacidos, te voy a resumir una serie de consejos que siempre doy a mis mamis para los primeros días en casa con el fin de que puedan disfrutar al máximo de esta experiencia, porque de eso se trata:
¿PECHO o BIBERÓN?
Lo que quieras o lo que puedas; o lo que tu bebé quiera básicamente. Tu misión como madre es criar a un bebé sano y feliz y eso no será posible si te invaden los nervios o el sentimiento de culpa. Es muy triste cuando veo a mamás frustradas y nerviosas que incluso lloran porque les resulta imposible que su bebé se enganche al pecho; porque y ellas tenían clarísimo que no iban a darle ni un solo biberón cuando naciera. Consulta a tu pediatra, a tu matrona y déjate aconsejar, pero recuerda que cada bebé es un mundo y cada cuerpo también. Si puedes y lo deseas, dale pecho, pero si tu bebé toma finalmente biberón, o tú lo has decidido desde el primer momento así; tu bebé se va a criar igual de sano. Relájate y disfruta de esos minutos en los que ves a tu bebé realizar la toma, créeme, es de los más bonitos que recordarás siempre.
DUERME SIEMPRE QUE PUEDAS
Tu recién nacido no tiene horarios, da igual que sean las 10 de la mañana o las 3 de la madrugada, así que lo mejor es que establezcas tus rutinas a la par que las de él. No intentes tener la casa perfecta, ni la comida o la cena a la hora de siempre. No le des la toma con prisas pensando en las mil cosas que te quedan por hacer, párate y tan sólo contémplalo. Él se sentirá más relajado también y después, si estás descansada, puedes seguir realizando tareas, si tienes sueño… ¡una cabezadita te dará la vida!
Además, esta es una gran ventaja de las mamás primerizas. Aunque ahora te suene muy lejano, si en el futuro aumentas la familia, ya no estaréis tú y el bebé y los tiempos cambiarán por completo. (De eso hablaremos otro día).
¿POR QUÉ LLORA MI BEBÉ?
Te hablo desde mi experiencia como mamá y fotógrafa profesional de recién nacidos en Murcia y con la base de que el mejor consejo siempre te lo va a dar un profesional médico. Cuando un bebé llora suele ser por uno de estos motivos: sueño, hambre, gases o estreñimiento. No pierdas los nervios y ve descartando posibles causas, muchas veces tan sólo necesita que lo arropes en brazos y relajarse para conciliar el sueño; que le des un suave masaje en la barriga para aliviar los gases y facilitar que pueda expulsar sus primeras cacas. Pero recuerda que si la situación se repite continuamente, lo mejor es acudir al pediatra y que valore al bebé para descartar que esté sufriendo el cólico del lactante y te puedan dar pautas específicas para aliviarle. Si el pediatra os diagnostica cólico del lactante, acudir a un osteópata infantil puede ser de gran ayuda.
¿CÓMO DEBO CURAR EL OMBLIGO DEL RECIÉN NACIDO?
En los últimos nueve años realizando fotos de bebés he oído de todo, desde pediatras que hace años nos recomendaban echar alcohol de 70 grados y secar bien; otros que aconsejaban la locura de dejar una gasa empapada en alcohol alrededor del ombligo (la peor opción puesto que la piel se irrita demasiado por la abrasión continua del alcohol); y la última tendencia de agua y jabón y dejar al airebien sequito. Para mí, la última palabra como siempre defiendo es de vuestro pediatra. Tan sólo observa que el obligo no tenga mal olor o segregue algún líquido, si es así acude al centro de salud para descartar que tenga alguna infección. ¿Cuándo se caerá el ombligo a tu bebé? Pues dependerá de tu bebé, no tengas prisa. Hay bebés que en una semana ya no lo tienen y otros que tardan casi quince días, lo fundamental es que se caiga de manera natural, en el tiempo que necesite.
¿QUE SON ESOS GRANITOS EN LA CARA DE MI BEBÉ?
Muchas veces llegan a las sesión de fotos recién nacidos con puntitos blancos, sobre todo en la zona de la frente, mentón, nariz y mejillas. Estos granitos son conocidos como acné neonatal o granitos de leche. Es algo habitual que ocurre al 40% de los bebés entre uno y dos meses. Se trata de una acumulación de grasa, procedente de las hormonas de la placenta que el bebé ha ido absorbiendo durante el embarazo, esta grasita se queda acumulada en los poros y da la apariencia de granitos.
Hay pediatras que también llaman a estos puntitos “granitos de leche” pues indican que pueden estar relacionados con la alimentación de los primeros meses.
En definitiva, estos granitos no le molestan y desaparecen solos en un par de semanas. En el caso de que se inflamen demasiado o tengan aspecto enrojecido, será el pediatra el que te indicará si debes aplicarle algún producto. Sino, bastará con que mantengas la piel limpia para que vayan desapareciendo poco a poco.
MI BEBÉ SE DESPELLEJA, YA NO SÉ QUÉ CREMITA APLICARLE
Este es el mejor consejo que te voy a dar. Es el mejor porque a mi me lo dio mi pediatra con mi hija mayor (tiene ya catorce años) y ¡me solucionó el problema de inmediato! Mi bebé estaba completamente despellejada; parecía que estaba mudando la piel como una serpiente. En serio, era asombroso, tenía hasta grietas con los pellejos levantados en los tobillos y en las muñecas, afortunadamente no llegaba a ser herida, solo pellejos, muchos pellejos levantados. Y así, cuando las mamis han acudido a nuestro estudio fotográfico en Cartagena y me han comentado que ya están cansadas de echarle cremita y que la piel no mejore, ahí que voy yo con mi súper descubrimiento: aceite de maíz. Sí, en lugar de cremitas megaultracaras y que no dan resultados, compráis una botella de aceite de maíz en el súper (similar a la de aceite de oliva, de litro). Después del baño, se lo aplicáis al bebé con la piel mojada, como se hace con un aceite infantil, y secamos con la toalla. En un par de días, problema resuelto. Creedme que muchas han sido las mamis que del estudio han ido directas al súper y en unos días me han confirmado los resultados sorprendidas. Lo único es que a partir de ahora, tu bebé olerá a croqueta y ¡te darán más ganas de comértelo aún!
Podría enumerar mil puntos más, pero lo dejaremos para futuros consejos.
Y tú, ¿qué consejo darías a unos padres primerizos?